De vuelta en México

Hola chicos:

Esta semana se cumplieron dos meses de mi regreso a México y desde entonces no había podido escribirles, pues ahora que las cosas están más tranquilas me he dado un espacio para contarles un poquito.

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El viaje de regreso fue muy pesado, fueron doce horas de vuelo, pero la emoción hizo que se duplicaran, tenía muchas ganas de volver a nuestro país, de abrazar a mis seres queridos y por supuesto de comer tacos, tamales, pozole, tortilla, picante, etc.

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Al bajar del avión volví a sentir la calidez de la gente, de la tierra.

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En el aeropuerto nos hicieron llenar algunos formatos, después pasamos por migración y posteriormente a recoger las maletas; afortunadamente al pasar por la aduana no me tocó revisión y pude correr para encontrarme con mi papá quien junto con dos tíos me esperaban.

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La adaptación fue en realidad muy rápida, pues les he de contar que durante mi estancia en España nunca pude ajustarme al horario, a pesar de que eran siete horas de diferencia, durante tres meses dormí alrededor de tres a cuatro horas diarias, pues durante la noche no podía conciliar el sueño, era obvio pues en México eran las cuatro o cinco de la tarde.

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Pero una vez dentro de “mi horario” el sueño regresó como por arte de magia y pude retomar mi ritmo de vida. En realidad fue la única readaptación ya que por la comida y el clima no hubo mayor problema, por el contrario, me vi en la necesidad de broncearme, mi piel estaba completamente pálida.

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Tuve muchas muestras de afecto por parte de familiares y amigos, quienes organizaron una fiesta de bienvenida en mi lugar de origen, además, una vez que me incorporé a las actividades escolares, mi asesor junto con mis compañeros hicieron un convivio.

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El encuentro con mis familiares fue muy emotivo, pero era hora de concluir el documento recepcional.

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Debido al intercambio el tema de estudio no podía ser el mismo, pues lo que más anhelaba era compartir con todos ustedes las experiencias que había obtenido.

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Es por esta razón que junto con mi asesor volví a replantear el tema de estudio y por lo tanto, a comenzar un nuevo documento, recopilar información, plantearme nuevas interrogantes, indagar, etc.; el proceso debía ser rápido pero cuidando cada detalle pues tenía poco más de un mes para concluirlo.

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Al principio me costó un poco de trabajo, pero con la ayuda y consejos de algunos profesores pude terminar con éxito y hace casi dos semanas evaluaron mi documento y pude empastarlo.

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Junto con este proceso vinieron otros aspectos como el vestuario que portaré el día de la graduación, la fotografía de generación, los trámites para el examen profesional, para la titulación y para la oposición que me permitirá laborar en el sistema educativo.

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Como podrán darse cuenta han sido dos meses muy intensos, llenos de emociones, sin duda un parpadeo de la vida que estoy disfrutando al máximo, pues es algo que no volverá a suceder.

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El día 14 de Julio se llevará a cabo la ceremonia de clausura en el Complejo Cultural Universitario y estaré acompañada por mi familia, quienes al igual que yo se encuentran muy emocionados.

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Esta semana se publicó el calendario de exámenes profesionales, el cual me tocará presentar el día 20 de julio.

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EL DIA DE LA CLAUSURA

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Este día fue muy especial ya que recibí la visita de mi familia, era el último día que vería a todos mis compañeros juntos, al principio era una gran emoción pero conforme avanzó el programa sentía una nostalgia que no podía evitar, pues cuatro años de aprendizajes, risas, llantos, triunfos, derrotas, sueños, fiestas… habían concluido.

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Y aunque ustedes no lo crean el momento más emotivo fue cuando entoné por última vez y todavía como alumna el himno a la normal.

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Pero aún falta dar el último paso y este será el próximo martes, el día de mi examen profesional.

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Deséenme suerte.